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Vivimos últimamente una serie de procesos internos de todo tipo en diversas e importantes organizaciones que están copando la información en nuestro país: los comicios internos que ha celebrado el PSOE en varias agrupaciones locales y una autonómica, en la CEOE también se encuentran en plena fase interna de cambio, y otra serie de procesos más o menos oficiales, tangibles o palmarios en los que no voy a entrar.
Muchos son los análisis posibles que se pueden realizar de las primarias que han tenido lugar en el seno del PSM hace un par de semanas. Quizá ninguno de ellos represente la verdad absoluta pero seguramente todos tengan algo que nos acerque a ella.
La primera de esas lecturas y la más extendida, es la consecuente derrota del principal valedor de Trinidad Jiménez -perdedora inmediata de este proceso-, el Presidente del Gobierno Rodríguez Zapatero. La segunda, consecuencia de la primera, es la posibilidad de que la dirección de un partido no esté en conexión e inteligencia con su militancia. La tercera lectura es la idoneidad de este tipo de procesos. Muchas son las argumentaciones que se pueden hacer tanto a favor como en contra de tales afirmaciones. En principio particularmente creo que convocar a la militancia para elegir al candidato del partido me parece de lo más sano y un ejemplo de democracia interna incontestable, que además tiene efectos secundarios poderosos y muy potentes para el candidato, ¿o acaso alguien duda del revulsivo que ha significado para Tomás Gómez esta votación? Además existen paralelismos precedentes que abundan en la misma línea: Barack Obama vs Hillary Clinton o Zapatero vs José Bono.
Habrá quien piense o se pregunte entonces que siempre debe haber, si esto es así, un proceso de elecciones primarias para elegir candidato/a. La respuesta: No. La explicación, nos la da la experiencia: Hay momentos en los que puede ocurrir que de una manera clara un posible candidato recabe el apoyo de manera unánime o exista la opinión generalizada de que él, o ella, es el candidato oportuno. El ejemplo más claro que podemos poner en este caso, y el más cercano posible que nos podía tocar en Toledo, es el de nuestro Alcalde, Emiliano, un candidato que lo era mucho antes de serlo oficialmente, pues era un clamor dentro y fuera de las filas del partido que él sería el mejor contendiente que se podía tener. Consecuentemente no podemos afirmar a ciencia cierta cuál es el proceso concreto que siempre se debe aplicar en la elección del candidato/a, y nuevamente nos encontramos con algo que es relativo. ¿Esto es bueno? ¿Es malo? Saber adaptarse a las necesidades del momento, tener la cintura suficiente para sortear una situación determinada, poseer cierto grado camaleónico para adaptarse al medio, todo ello en su justa medida, seguramente sea bueno, muy bueno.
Centrándonos ahora en la CEOE, hemos sabido recientemente, y felizmente, que el Sr. Díaz Ferrán no sigue y habrá una renovación en el mes de diciembre en su dirección, digo felizmente porque es evidente que la Patronal necesita un giro en su dirección, y sobre todo caras nuevas. Son muchas las situaciones y condicionantes de cualquier proceso interno de cualquier organización con una estructura asamblearia, democrática. Pero también puede darse la situación contraria, es decir, que la actual dirección de la organización acredite un buen trabajo, que tenga un buen equipo y que haya un buen ambiente entre sus componentes.
Estas situaciones afortunadamente existen y sería recomendable pues, que siguiese siendo así, dando continuidad a ese equipo por el bien de la organización, correspondiéndole a ese grupo seguir con la responsabilidad en la toma de decisiones, marcando los tiempos en cada caso, legitimados por haber demostrado reiteradamente saber hacer las cosas bien.
Julián Romero
Secretario local de JST
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